Centro Astrológico de Córdoba

Investigación, Recuperación, Formación y Síntesis

La filosofía y astrología son hermanas inseparables. La primera se encuentra detrás de la segunda, inspirando y recordando que la antigua ciencia de los astros no puede entenderse a través del pensamiento lineal, sino en su antiguo sentido de práctica ética y percepción contemplativa directa. El estudio de las correspondencias entre el cielo y la tierra nos exige ver con otros ojos, y demanda una experiencia directa. Si los astrólogos de antaño afirmaron que la carta del cielo es «la imagen del pensamiento del Logos», el saber astrológico no es más que la captación espontánea de una Mente que es el Cosmos mismo, reflejada en la regularidad de los ciclos de los astros.

El intérprete, como músico celeste, debe captar esas insinuaciones y gestos simbólicos para trasladarlas al ámbito humano y descubrir su resonancia en este plano. Esta visión invita a sumergirse en el pensamiento de las edades, aquella perspectiva antigua para la cual el Cosmos es una Conciencia. Sólo mediante las correspondencias herméticas podemos entender al hombre como reflejo del macrocosmos.

Es por eso que la Astrología es un lenguaje para una nueva era: visita las causas internas de los fenómenos externos, permite establecer esa correlación entre adentro y afuera, y constituye uno de los métodos más profundos para comprender y significar los mecanismos internos y nuestra relación con los otros seres humanos.